| dc.description.abstract | "Miguel Lerdo de Tejada, el popular compositor, se unió ayer en matrimonio con la señorita Dolores Lerdo. Se trata de un antiguo idilio que llegó a la soñada realización en un ambiente poético y artístico. Resplandecía por sus galas naturales la terracilla del chalet donde el autor de Perjura y Las violetas ha ido a colgar el nido de sus amores, y llenaban los salones de la flamante residencia que se esconde entre los macizos de flores de la Huerta del Carmen, los artistas que con Lerdo comparten la soberanía de las canciones de dulce y voluptuoso ritmo. Elorduy, Castillo, Rubén Campos, Martínez, eran las representaciones genuinas del arte en sus más bellas manifestaciones, y luego un grupo de profesores del Conservatorio y de cantantes que como Torres Ovando y Romero Malpica, han sido intérpretes muchas veces de esos ritmos deliciosos brotados del maestro musical del recién casado. La firma del contrato revistió gran solemnidad en el protocolo matrimonial leído con parsimoniosa cadencia por el juez de Registro civil, fueron estampándose las firmas de los parientes y de los íntimos, que sinceramente felicitaban a los recién casados que, un tanto confusos y emocionados, vislumbraban ya la dicha desde el dintel del palacio encantado del ensueño. Terminada la ceremonia se sirvió un exquisito lunch-champagne [sic] a los invitados, y enseguida se hizo música, mucha música delicada, cuyas notas pretendiéndose en las copas de los árboles añosos del exconvento, despertaban, apenas anochecido, a los gorriones que huían en parleras bandadas en busca de más silenciosas frondas. Después el baile, y ya muy tarde, el último apretón de mano y el reiterar a los recién casados los buenos y sinceros deseos para el porvenir." | |
