"En la Sala Wagner, con un programa selecto, se efectuó el lunes la audición musical dada por la señora Asunción Sauri de Rubio, violinista que obtuvo el primer premio en el Conservatorio Nacional en honor de la prensa metropolitana. Discípula en París del célebre White, la señora Sauri se mostró anoche una consumada artista. Al roce milagroso de su arco, el divino instrumento se desató en chorros de armonías, y el público, llevado del encanto, premió largamente la destreza de la mano maestra y la exquisitez del alma de la artista que sentía tan hondamente. Las canciones mexicanas de Manuel M. Ponce, la Zamacueca de White, ambas a violín y piano, merecieron los honores del bis. La concurrencia, que era selecta y numerosa, hizo grandes elogios de la señora Sauri por su destreza y su impecable escuela, patentizada sobre todo en el Concierto Op. 46 de Mendelsshon que está erizado de dificultades. La señorita Elena Padilla acompañó a la violinista en las piezas violín y piano y armónium."

Autor: [Sin autor]

Septiembre 5, 1912, p. 9.

"En la Sala Wagner, con un programa selecto, se efectuó el lunes la audición musical dada por la señora Asunción Sauri de Rubio, violinista que obtuvo el primer premio en el Conservatorio Nacional en honor de la prensa metropolitana. Discípula en París del célebre White, la señora Sauri se mostró anoche una consumada artista. Al roce milagroso de su arco, el divino instrumento se desató en chorros de armonías, y el público, llevado del encanto, premió largamente la destreza de la mano maestra y la exquisitez del alma de la artista que sentía tan hondamente. Las canciones mexicanas de Manuel M. Ponce, la Zamacueca de White, ambas a violín y piano, merecieron los honores del bis. La concurrencia, que era selecta y numerosa, hizo grandes elogios de la señora Sauri por su destreza y su impecable escuela, patentizada sobre todo en el Concierto Op. 46 de Mendelsshon que está erizado de dificultades. La señorita Elena Padilla acompañó a la violinista en las piezas violín y piano y armónium."

Intérprete(s): [Sin autor]

Autor: [Sin autor]

Septiembre 5, 1912, p. 9.

Contenido: "En la Sala Wagner, con un programa selecto, se efectuó el lunes la audición musical dada por la señora Asunción Sauri de Rubio, violinista que obtuvo el primer premio en el Conservatorio Nacional en honor de la prensa metropolitana. Discípula en París del célebre White, la señora Sauri se mostró anoche una consumada artista. Al roce milagroso de su arco, el divino instrumento se desató en chorros de armonías, y el público, llevado del encanto, premió largamente la destreza de la mano maestra y la exquisitez del alma de la artista que sentía tan hondamente. Las canciones mexicanas de Manuel M. Ponce, la Zamacueca de White, ambas a violín y piano, merecieron los honores del bis. La concurrencia, que era selecta y numerosa, hizo grandes elogios de la señora Sauri por su destreza y su impecable escuela, patentizada sobre todo en el Concierto Op. 46 de Mendelsshon que está erizado de dificultades. La señorita Elena Padilla acompañó a la violinista en las piezas violín y piano y armónium."

Fojas: Septiembre 5, 1912, p. 9.

Descripción: "En la Sala Wagner, con un programa selecto, se efectuó el lunes la audición musical dada por la señora Asunción Sauri de Rubio, violinista que obtuvo el primer premio en el Conservatorio Nacional en honor de la prensa metropolitana. Discípula en París del célebre White, la señora Sauri se mostró anoche una consumada artista. Al roce milagroso de su arco, el divino instrumento se desató en chorros de armonías, y el público, llevado del encanto, premió largamente la destreza de la mano maestra y la exquisitez del alma de la artista que sentía tan hondamente. Las canciones mexicanas de Manuel M. Ponce, la Zamacueca de White, ambas a violín y piano, merecieron los honores del bis. La concurrencia, que era selecta y numerosa, hizo grandes elogios de la señora Sauri por su destreza y su impecable escuela, patentizada sobre todo en el Concierto Op. 46 de Mendelsshon que está erizado de dificultades. La señorita Elena Padilla acompañó a la violinista en las piezas violín y piano y armónium."

Autor(es): [Sin autor]

Abstract

[Sin autor]

Dotación resumida: "En la Sala Wagner, con un programa selecto, se efectuó el lunes la audición musical dada por la señora Asunción Sauri de Rubio, violinista que obtuvo el primer premio en el Conservatorio Nacional en honor de la prensa metropolitana. Discípula en París del célebre White, la señora Sauri se mostró anoche una consumada artista. Al roce milagroso de su arco, el divino instrumento se desató en chorros de armonías, y el público, llevado del encanto, premió largamente la destreza de la mano maestra y la exquisitez del alma de la artista que sentía tan hondamente. Las canciones mexicanas de Manuel M. Ponce, la Zamacueca de White, ambas a violín y piano, merecieron los honores del bis. La concurrencia, que era selecta y numerosa, hizo grandes elogios de la señora Sauri por su destreza y su impecable escuela, patentizada sobre todo en el Concierto Op. 46 de Mendelsshon que está erizado de dificultades. La señorita Elena Padilla acompañó a la violinista en las piezas violín y piano y armónium."

Otras obras contenidas en el mismo documento: Septiembre 5, 1912, p. 9.

Notas: "En la Sala Wagner, con un programa selecto, se efectuó el lunes la audición musical dada por la señora Asunción Sauri de Rubio, violinista que obtuvo el primer premio en el Conservatorio Nacional en honor de la prensa metropolitana. Discípula en París del célebre White, la señora Sauri se mostró anoche una consumada artista. Al roce milagroso de su arco, el divino instrumento se desató en chorros de armonías, y el público, llevado del encanto, premió largamente la destreza de la mano maestra y la exquisitez del alma de la artista que sentía tan hondamente. Las canciones mexicanas de Manuel M. Ponce, la Zamacueca de White, ambas a violín y piano, merecieron los honores del bis. La concurrencia, que era selecta y numerosa, hizo grandes elogios de la señora Sauri por su destreza y su impecable escuela, patentizada sobre todo en el Concierto Op. 46 de Mendelsshon que está erizado de dificultades. La señorita Elena Padilla acompañó a la violinista en las piezas violín y piano y armónium.".

Autor: [Sin autor]

Contenido: "En la Sala Wagner, con un programa selecto, se efectuó el lunes la audición musical dada por la señora Asunción Sauri de Rubio, violinista que obtuvo el primer premio en el Conservatorio Nacional en honor de la prensa metropolitana. Discípula en París del célebre White, la señora Sauri se mostró anoche una consumada artista. Al roce milagroso de su arco, el divino instrumento se desató en chorros de armonías, y el público, llevado del encanto, premió largamente la destreza de la mano maestra y la exquisitez del alma de la artista que sentía tan hondamente. Las canciones mexicanas de Manuel M. Ponce, la Zamacueca de White, ambas a violín y piano, merecieron los honores del bis. La concurrencia, que era selecta y numerosa, hizo grandes elogios de la señora Sauri por su destreza y su impecable escuela, patentizada sobre todo en el Concierto Op. 46 de Mendelsshon que está erizado de dificultades. La señorita Elena Padilla acompañó a la violinista en las piezas violín y piano y armónium."

Autor personal, corporativo o evento: [Sin autor]

Resumen: "En la Sala Wagner, con un programa selecto, se efectuó el lunes la audición musical dada por la señora Asunción Sauri de Rubio, violinista que obtuvo el primer premio en el Conservatorio Nacional en honor de la prensa metropolitana. Discípula en París del célebre White, la señora Sauri se mostró anoche una consumada artista. Al roce milagroso de su arco, el divino instrumento se desató en chorros de armonías, y el público, llevado del encanto, premió largamente la destreza de la mano maestra y la exquisitez del alma de la artista que sentía tan hondamente. Las canciones mexicanas de Manuel M. Ponce, la Zamacueca de White, ambas a violín y piano, merecieron los honores del bis. La concurrencia, que era selecta y numerosa, hizo grandes elogios de la señora Sauri por su destreza y su impecable escuela, patentizada sobre todo en el Concierto Op. 46 de Mendelsshon que está erizado de dificultades. La señorita Elena Padilla acompañó a la violinista en las piezas violín y piano y armónium."